¿CÓMO INFLUYE LA INFORMACIÓN DE LOS MEDIOS EN LA OPINIÓN DEL CONSUMIDOR?

Sara Esther Valdés Martínez, PhD, IAFoSTF
Universidad Nacional Autónoma de México
Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán

La información que reciben los consumidores a través de los medios de comunicación tiene un efecto importante en la formación de su opinión sobre los alimentos y algunos de sus ingredientes.

Según la encuesta Family and Casual Dining Survey, elaborada por NPD Group en julio de 2012 aplicada a casi 3 mil personas, los medios que más influyen en la opinión del consumidor son la televisión en primer lugar, internet y revistas, cuyos resultados se muestran en la Tabla 1.

 

Tabla 1. Resultado de la encuesta a 2,829 consumidores sobre los medios que influyen en sus opiniones sobre salud

 

Medio %
Televisión 12
Internet 8
Revistas 4
Amigos/familia 3
Etiquetas 3
Periódicos 2

Fuente: Family and Casual Dining Survey, NPD Group, July 2012

Es interesante observar que en estos resultados la internet, que incluye a las redes sociales, es la segunda fuente de información que más influye a los consumidores sobre el contenido de los alimentos y aspectos relacionados con dieta, ejercicio y consumo. La opinión del médico general representa menos del 2% de la influencia, cuando en generaciones anteriores era quien más peso tenía al referirse a aspectos de salud relacionados con el consumo de ciertos alimentos.

Estados Unidos, en algunos restaurantes en México y otros países del mundo, es una tendencia tener una sección de alimentos light en la que se detalla su composición y contenido energético. En la misma encuesta, Family and Casual Dining Survey (2012), realizada a consumidores en restaurantes, se mostró que estos están preocupados por su salud y su peso, y que tratan de eliminar de sus dietas alimentos altos en grasa (8%), refrescos (7%), grasas y aceites (7%), hormonas de crecimiento (6%) y el JMAF queda hasta el lugar 7 de su lista de productos a eliminar de su dieta.

La Tabla 2, muestra los alimentos que los consumidores dicen tratar de eliminar de sus alimentos cuando hacen una elección en sus restaurantes preferidos. Los tres primeros alimentos de la tabla son los que el consumidor dice que rechaza principalmente, por contener altas concentraciones de grasa o azúcar (datos que se encuentran reportados en la composición del alimento en el menú). Este factor influye en su decisión para no adquirir esos alimentos, sin embargo la verdad es que al final del día, el consumidor no cambia sus hábitos alimenticios fácilmente. Los resultados de la encuesta muestran que sus tickets de pago en los restaurantes incluían los alimentos que decían evitar. Asimismo, en la encuesta sobre las compras que realizan en supermercado, se demuestra que también compran los alimentos que dicen evitar.

 

Tabla 2 Ingrediente y productos que el consumidor menciona evitar al hacer su selección en un sus restaurantes preferidos

 

Alimento y/o ingrediente %
Alimentos fritos 8
Refrescos 7
Grasas/aceites 7
Hormonas de crecimiento 6
Azúcar 6
Sodio 5
JMAF 5
Carbohidratos 5
Colesterol 5
Aditivos 5
Postres/dulces 4
Carnes rojas 4
Edulcorantes adicionados 4
Jarabe de Glucosa (de maíz) 3
Carne 2

N = 2,829

Fuente: Family and Casual Dining Survey, NPD Group, July 2012

 

Cuando se hacen encuestas abiertas, sin dar respuestas alternativas, los consumidores tienden a responder más con la verdad, que cuando la encuesta muestra opciones para responder, esto incluye al JMAF, ingrediente del cual hemos hablado y que en general, no preocupa, ni ocupa al consumidor, hasta que aparece información en medios de comunicación respecto a este productos, que en la mayoría de los casos es negativa, tendenciosa e intencionadamente incompleta.

Como resultado de la encuesta de Family and Casual Dining Survey (2012), cuyos resultados se comentan en esta publicación y en una publicación anterior ( la realizada por Mintel en 2012), se demuestra claramente que los consumidores saben o dicen saber qué deben comer y cuáles son los ingredientes y componentes de los alimentos asociados a problemas de salud. Quieren estar sanos y evitar enfermedades, pero la realidad es que no conocen bien ni los componentes de los alimentos asociados a enfermedades, ni los alimentos en los que se encuentran, mucho menos comprenden realmente los ingredientes de alimentos procesados. Dicen en una encuesta lo que se espera que respondan, pero compran y consumen lo que desean.

En una nota de la Asociación de Refinadores de Maíz (Corn Refiners Association, CRA, por sus siglas en inglés) se muestran los resultados de un estudio elaborado durante 10 años sobre la forma en que los medios de comunicación retoman y publican la información contenida en revistas científicas sobre temas de actualidad.

El estudio incluye el análisis del artículo que inicia la polémica del JMAF, publicado en 2004 por el Dr. Barry Popkin, quien menciona en su texto que el JMAF “podría” estar relacionado con la epidemia de obesidad. En los siguientes 10 años se publicaron artículos científicos tanto a favor como en contra de esta hipótesis.

Los artículos a favor del planteamiento del Dr. Popkin muestran estudios realizados bajo condiciones poco realistas, dando como fuente de carbohidrato en la dieta únicamente fructosa, en concentraciones que son en la mayoría de los casos más del doble del promedio del consumo de azúcar de una persona promedio, estudios con variables incompletas, dando resultados muy tendenciosos que ponen en duda los resultados.

Por otro lado, los estudios científicos que se enfocaron en demostrar que el JMAF es igual a la sacarosa y que el organismo no hace diferencia al procesarlos, es decir, que los metaboliza de la misma manera, fueron realizados empleando JMAF a niveles reales de consumo y compararon sus resultados con los obtenidos contra sacarosa. En conclusión, son estudios están basados en ciencia sólida y demostraron que el JMAF no es el malo de la historia.

Es interesante observar cómo fue publicada durante 10 años la información relacionada con ambos grupos de investigaciones.

Sobre el estudio del Dr. Popkin que planeta que el consumo del JMAF “podría” estar relacionado con la obesidad, fue manejado como un hecho, los consumidores no recibieron la información completa. El 90% de la información publicada se enfocó en desacreditar al JMAF, gran parte de la información difundida no dio el sustento científico sobre los comentarios adversos y no tomó en cuenta la información científica sólida que demuestra que el JMAF es igual a cualquier otro carbohidrato.

En 2009, se realizó un seminario organizado por el Instituto Internacional de Ciencias de la Vida (International Life Science Institute, ILSI, por sus siglas en inglés) y la Fundación del Consejo Internacional sobre Información en Alimentos (International Food Information Council Fundation, IFIC, por sus siglas en inglés) de donde surgieron conclusiones sobre la necesidad de realizar estudios basados en ciencia bien fundamentada para poder tener conclusiones reales y no estudios tendenciosos.

1

 

La Figura 1 muestra la secuencia que la información científica mal manejada puede tener y el efecto adverso que ha provocado.

La Food and Drug Administration acepta al JMAF como un ingrediente seguro; la Academia de Nutrición y Dietética de los Estados Unidos en el 2012, indicó que no existe diferencia entre la sacarosa y el JMAF en cuanto a sus efectos metabólicos.

Los estudios basados en ciencia que confirman la seguridad del JMAF continúan publicándose. Trabajos realizados por el Dr. John White, el Dr. John Sievenpiper y el Dr. James M. Rippe y muchos otros, se han presentado en diversas revistas científicas arbitradas, Congresos, conferencias y Simposios. Sin embargo, esta información tiene poca difusión y los medios que llegan a enterarse de ella no le dan la suficiente difusión para contribuir al que el consumir tenga toda la información necesaria para formar su opinión con respecto a un determinado ingrediente. Estamos convencidos de que las monedas tienen dos lados y hay que conocerlas para poder tomar decisiones informadas.