¿UN INGREDIENTE ES RESPONSABLE DE LA OBESIDAD?

Abril 2015
Sara Esther Valdés Martínez, PhD, IAFoSTF
Universidad Nacional Autónoma de México.
Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán.
Artículo académico.

La obesidad es un problema a nivel mundial. Como sociedades, no estamos globalizando en términos económicos y también “globesidando” como consumidores: los hábitos alimenticios han ido cambiando a nivel global; la dieta del mexicano no es la excepción.

En múltiples ocasiones, se ha mencionado que la obesidad es el resultado de una serie de factores. Entre ellos, se encuentran el incremento en la ingesta calórica de los consumidores, como resultado de un aumento en la ingesta de grasa y de carbohidratos en la dieta, y que el tamaño de las porciones de los alimentos ha crecido. Por otro lado, la disminución en la actividad física, los factores genéticos y hormonales son también elementos que están ligados a la obesidad.

No obstante, aunque la obesidad es un problema multifactorial, han aparecido estudios que buscan responsabilizar a un solo ingrediente como el causante único. Recordemos que muchos de estos estudios se han realizado con animales de laboratorio, no con seres humanos. Los resultados obtenidos son en la mayoría de los casos adecuados. Sin embargo, algunos autores a veces suelen destacar información que se desean resaltar, sin hacer notar si el estudio fue realizado adecuadamente, si contempló todas las variables, o si este tipo de condiciones son similares a las que puede experimentar un ser humano, por mencionar algunos ejemplos.

En este sentido, es interesante analizar el primer estudio que levantó controversia sobre la posible relación entre el consumo de la fructosa y la obesidad. El título exacto del artículo publicado en el 2004 por George A. Bray y colaboradores es: “El consumo del JMAF en bebidas puede jugar un papel en la epidemia de la obesidad”. La publicación es una revisión bibliográfica, donde los autores mencionan una posible relación entre el incremento en el uso del JMAF con el incremento el peso de la población y no una relación causa efecto. No se da un sustento real, fuera del hecho del incremento en el uso por parte de la industria de este ingrediente.

Como se había planteado, el artículo no es un estudio formal, es una revisión bibliográfica donde en su propia discusión, los autores mencionan que los factores genéticos tienen mucha relación con la obesidad, aunados a otros factores ambientales (aumento en el tamaño de las porciones, actividad física reducida, reducción de personas que fuman, comer fuera de casa en restaurants de comida rápida, cambios en los hábitos alimenticios en tiempos y tipos de comida). No obstante, la interpretación que le dieron los autores y ciertas publicaciones a este estudio se centró en criticar a la fructosa, sin tomar en cuenta los factores mencionados anteriormente. Muchos otros autores, que han realizado estudios de laboratorio con personas, no han encontrado relación alguna entre el JMAF y el incremento de peso, demostrando que los comentarios de Bray y colaboradores no son válidos: hasta el momento, no se ha logrado establecer con claridad la “posible” causa efecto, mencionada por ellos.

La revista Eroski Consumer (2012) señaló que uno de los principales problemas relacionados con la obesidad es que la gente se ha vuelto más sedentaria, al mismo tiempo que las porciones de los alimentos se han incrementado en más de un 100%. En la Tabla 1, se muestra el aporte calórico de algunos alimentos de acuerdo a la porción en 1983 y en 2003/2004.

Eroski Consumer (2012)

Tabla no. 1 Incremento en el tamaño de porciones de acuerdo a Eroski Consumer (2012)

De los resultados anteriores y de datos publicados en otros sitios y videos como Supersize Me (2004), es obvio que el consumidor ingiere más calorías de las que gasta, lo cual lleva a un incremento en el peso. Esto es un ejemplo de cómo es que no se puede culpar a un ingrediente de un problema que se ha demostrado en múltiples ocasiones que es multifactorial.

El JMAF no es el malo de la historia como plantean Bray y colaboradores; no es el culpable de la obesidad, es el que se ha mantenido como elemento contra a el mismo. Estudios realizados por diversos autores, como JS White (2008), hace notar las siguientes observaciones:

  • A pesar de su nombre Jarabe de Maíz Alto en Fructosa, el JMAF contiene glucosa y fructosa, no es un ingrediente alto en fructosa: contiene casi las mismas proporciones de glucosa y fructosa mismas proporciones que la miel y la sacarosa.
  • Bray y colaboradores (2004) tratan el incremento en peso de la población contra la ingesta del JMAF de forma aislada, sin considerar las tendencias en la ingesta calórica de la población, que en los Estados Unidos de Norteamérica ha sido de aproximadamente 2,150 kCal a ligeramente arriba de 2,700 kCal entre 1970 y el 2005.
  • White y colaboradores (2010) comentan que la ingesta de calorías provenientes de azúcares adicionadas a la dieta ha disminuido, al igual que la ingesta de vegetales, frutas, lácteos, carne, huevo y nueces, mientras que otros componentes de la dieta han sido incrementados, como las grasas y las harinas, como se reportó por parte del Servicio de Investigaciones Económicas del Departamento de Agricultura (Buzby y co., 2007).
  • El JMAF es el “Malo de la Historia”; los datos demuestran que la ingesta calórica proveniente del JMAF es equivalente al de la sacarosa. El aporte calórico del JMAF y la sacarosa, se han mantenido relativamente constante y con patrones de consumo similares, de 1985 a 2005. La ingesta de fructosa proveniente de ambos azúcares es de entre 200 y 250 kCal/día, para una dieta de 2700 kCal/día, como se reportó por parte del Servicio de Investigaciones Económicas del Departamento de Agricultura (2007). Tanto la sacarosa como el JMAF son azúcares y el aporte calórico a la dieta es de 4kCal/g, por lo que no se puede aducir que aportan más energía y por ende contribuyen a un incremento en el peso.
  • A pesar de que la ingesta de azúcares se incrementó en ese período 1970 – 2005, el aporte calórico a la dieta proveniente de ellos disminuyó.
  • Para que el JMAF fuese el único ingrediente de la dieta causante del sobrepeso, debiese haber algo presente en él, que se encuentra ausente en la sacarosa. En estudios de laboratorio, con animales de laboratorio, alimentados con dietas que contienen 35% de las calorías en forma de fructosa, sin la presencia de glucosa, ha habido anomalías metabólicas. En un escenario real una persona no consume nunca en su dieta únicamente fructosa como azúcar y un 35% de su dieta como aporte calórico es excesivo, los datos reportados como promedio son de alrededor del 10%, esto rebasa en un 250% los datos reales y el JMAF contiene tanto fructosa como glucosa y otros azúcares.
  • Los edulcorantes que contiene fructosa se absorben en el organismo de la misma manera que otros azúcares en el organismo, en el intestino delgado.
  • Los datos reportados por el Control de Enfermedades de los Estados Unidos de Norteamérica (2015) indican que un 15,6% de la población tenía sobrepeso en Estados Unidos, (1990) este se incrementó a 19.8% para el 2000 y un 23.7% para el 2005 y para el 2013, mas del 50% de la población tiene entre un 25 y un 35% de sobrepeso. Se ha mencionado que el aporte calórico en la dieta es similar tanto por parte de la sacarosa, como del JMAF, que este aporte se ha mantenido para efectos prácticos constante, entonces, ¿porqué continúa la población aumentando de peso?
  • Otra idea que se maneja es el supuesto de que el edulcorante por excelencia es el JMAF, cuando eso no es verdad, es la sacarosa. No obstante, como se mencionó, ningún ingrediente por sí solo es el responsable de la obesidad.

La información publicada que habla de la relación directa entre el JMAF y la obesidad no tienen un respaldo científico real. Hay que recordar siempre que los estudios con animales de laboratorio son modelos, los seres humanos no somos ratas o ratones. Es obvio que no pueden realizarse estudios de laboratorio con humanos iguales por la problemática que implica, con animales de laboratorio, los estudios pueden iniciarse con los animales recién destetados, ¿quién presta a sus bebés para estudios hasta que sean adultos?, aparte de ser irreales es imposible imaginar los costos.

Tanto White y colaboradores (2010), como Klurfeld, DM y colaboradores (2013), comentan que el JMAF es el ingrediente alimentario mas incomprendido y desconocido.

Por los puntos antes descritos, el JMAF que ha sido acusado por ciertas voces como el ingrediente malo de la historia, no es el malo de la historia, la obesidad en si es un problema real, pero como se ha mencionado en muchas fuentes, un problema multifactorial.

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